Elijo las tardes con amigos, las noches estrelladas, las barras descocadas y los besos desprevenidos.
Me quedo con las flores de reojo, el viento cantando bajo, el barro sobre la acera.
Pinto con sonrisas un mundo sin tiempo, y en la firmeza de los abrazos, me sostengo.
Elijo esos mensajes de madrugadas,
ese amor que me invita a su habitación cuando se le da la gana.
Me quedo con los hechos, porque a las palabras se las lleva el viento.
Ya no espero nada de nadie, y no desespero.
Respeto, respiro, crezco.
Elijo ser libre, porque la libertad es la posibilidad de elegir.
Me quedo con el futuro de ser alguien, con la esperanza del progreso.
Con la sutil brisa que me dice que aún hay tiempo…
Cantinero, sírvame otra copa!
El dolor ya no pasa por aquí.
Otero María Belén
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