Ofuscada mi naturaleza muerta entre los umbrales de la soledad,
barreras esfímeras en eterna compañía.
Delicados presagios de un amor en bancarrota.
Ser miserable en el medio de la nada, que recuerda y recuerda cada noche.
Basta animal precoz, deten tus impulsos exhaustivos, que me agoto.
Me canso de creer e ilusionarme.
Me diluyo en tus vaivenes, bailo entre tus desordenadas razones.
Siempre frágil, temblando voy pierdiendo el equilibrio y el hilo que me sostiene se esfuma.
No quiero dejar de ser yo, pero no puedo evitarlo, si me miras,
si te acercas, menos aún si me sonríes.
si te acercas, menos aún si me sonríes.
Concozco esa sensación, es gracias a vos.
No me preguntes porqué, no me preguntes en que se basa la recíprocidad.
Estoy negada al sufrimiento, a caer de nuevo en la misma tela que solo enrrolla y suelta sin avisar.
Estoy perdida en un camino que no te nombra, estoy perdida, pero sin tu sombra permanente.
Dios te eligió para mí, porque si el amor se basara en elecciones personales, de seguro sería otro,
alguien mejor, al menos alguien que sienta todo esto.
Es una obsesión de mis entrañas masoquistas, o tu diversión asegurada de la felicidad por cuentagotas.
Estás tan solo como yo, tan perdido, tan vacío.
Todavía no entiendo ¿por qué?
Porqué vos, habiendo tantos otros peces...
Otero María Belén
Copyright 2010
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LLévate las flores...
no curan mis heridas.
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1 comentario:
Muy hermoso! me provocó esa sensación del saberme muy identificada.
Que sigas bien! Un beso
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