diría tus caricias, tus chistes, tu compañía.
Perderte no fue una de las cosas que más me gustó premeditar,
simplemente tenía que suceder,
ese distanciamiento corporal que marca rumbos distintos...
esa mera sensación que dejas algo que forma totalmente parte de ti,
ese deseo de que nunca te olviden...
Esas ganas de decirte que todo iba a estar bien, pero no... ya nada estaba bien.
Todo nuestro mundo, en tu desván se había contaminado de cucarachas,
de malos ratos, de pesares y pesimismo, de frases hechas, DE MENTIRAS.
Ya no éramos los mismos, y como la vida, como el mundo sin fin, no paramos de girar...
Hasta agotarnos.
Hasta desgastar el poco amor que quedaba...
Hoy llueve por todos los rincones de mi habitación,
hoy te extraño...
y me sucumben las ganas de abrazar todo lo que fuimos,
no quiero perder los recuerdos,
porque ahí es donde te tengo,
ahí es donde siento que nunca te perdí-
Otero Ma. Belén
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