
Pensé que tenía todo bajo control, que el tiempo se encargaría de olvidar, que el pasado estaba en su lugar, pensé que nada sucedería al volverte a ver.
Creí que si la vida nos cruzaba algún día, la normalidad marcaría mi estado, pensé que podía mirarte a la cara sin sonrojarme, pensé que mis pies no temblarían al volverte a ver.
Y te vi, ese día llegó como por arte de magia. Sentí que todo este tiempo intentando olvidar se derrumbaba poco a poco con cada palabra que emanabas. Pensé que la distancia que nos separaba se iba a aliar mí, que me iba a dejar posibilidades para vivir sin prisa.
Pensé que dominaba la situación, que cuando mis ojos te miraran sólo verían rencor, pensé que los quilómetros que te separaban también te alejarían de mi alma.
Y te vi, ese día llegó como por arte de magia, para demostrarme que es absurda la locura del olvido. Imaginé tu silueta en mis brazos otra vez, y recordé todos los te amo que dijimos, y sentí esas ganas eufóricas de amarrarte de nuevo.
Pensé que al cruzarnos nada cambiaría que mi corazón mantendría el ritmo de sus pulsaciones, pensé que al verte ningún sentido alterarías, y para sorpresa de los dos, no fue así. Sigue intacto el amor, de dos personas que se cruzan sin tiempo, sin causa y una sonrisa dice más que mil palabras, gracias por aparecer en mi vida, ahora sé que realmente tratar de olvidarte es en vano.
Otero María Belén
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