Están todos invitados a recorrer mi mundo,
frágil como una hoja de papel... pero vivo!
Con la sonrisa siempre grande y las alas bien abiertas!

B I E N V E N I D O S!

Todo lo que lean a continuación
son palabras que salieron desde lo más profundo de mi ser,
cualquier similitud a la realidad es pura coincidencia =)
Muchas gracias por pasar y dejar una huella!

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miércoles, 30 de septiembre de 2009

Es Hora



















Muchas veces sentí qe era hora de desprendernos.

Pero siempre, las cosas nos unen.
Atemporales.
Esfímeros.
Volátiles son los recuerdos de este amor.
Sigo pensando en vos.
Porque sos parte de mí,
desde aquel estúpido día,
donde hace 6 años atrás, te conocí.
y con una sonrisa, te pinté mi corazón entre las sombras.
Escribo porque siento la necesidad de creerte un sueño, loco y banal.
Podés estar en cualquier parte del mundo,
pueden pasar todas las primaveras,
podés sentir otra caricia,
pero las cosas no cambiaran.
Seguiré sintiendo que siempre será hora de desprendernos, y el instante me recordará
lo dificultoso, que resulta eso para mí.
Porque la vida nos demostró que jugar con fuego, quema y llorar en silencio es cobardía.
El tiempo marchitó tus fotos, y tu ropa, perdió tu perfume, tus fotos se perdieron en un armario viejo,
y me besos te quedaron tan lejos.
Inquitudes en el alma y la duda agitando los brazos, porque la esperanza de que pienses en mí, siempre aparece, reiteradas veces para taladrar lentamente mi cabeza.
Otra vida, otros mundos.
Así, sólo en sueños.
Tu y Yo.





Otero María Belén
Todos los derechos reservados

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Ausencia



Tal vez no hay melodía que calme el dolor, no hay antídoto que destruya una ilusión. Tal vez no existe esa palabra que apacigüe al corazón cuando sufre por amor.
Muchos hablan pero pocos entienden, algo que se siente y no se ve, cómo explicar que la ausencia debilita poco a poco hasta matar, que una caricia puede doler, destruir el alma en un roce preciso, acto de amor y odio a la vez, como esperanza que se esfuma, como sonrisa que se borra.
Cómo hacerle ver al mundo, que pueden desbordar las ofertas de mejores opciones, de hombres entrañables y verdaderos, pero es un solo el que necesitamos, el que añoramos, el que extrañamos y el único que compraríamos para llevarlo a casa. Es él, ese que nos ama y lastima a la vez, ese que nos deja soñar en sus abrazos es el mismo que agarra su ropa y se va sin explicación.
Así es el amor, abrir los ojos, caer a la tierra y sentir ese dolor exacto en el centro del pecho, que confirma que no estamos soñando y que él se ha marchado.
Cómo explicarle al mundo que me siento morir por dentro cuando sigo sentada en el mismo sofá desde aquella mañana, cómo explicar que caigo, que se me agotan las fuerzas, que pierdo el ritmo de mi respiración, cuando sigo viva, cuando sigo intacta en el mismo lugar, esperando aquel regreso.
No hay ningún motivo válido, no existe un consuelo abarcador del alma rota cuando se sufre por amor, el único capaz de cerrar la herida es él, que se cree dueño y señor, el que agarra su ropa y se va es el mismo que yo elegí para llevármelo a mi casa.

Otero María Belén
Copyright 2008
todos los derechos reservados

Perdón


Caigo en el error de hacerle caso al corazón. De volver a escribirte.

Tardé toda la noche en manchar la hoja con sólo dos renglones.

No sé por dónde empezar, ni por dónde seguir y me culpo por no tener el valor suficiente para decirte todo lo que siento en la cara, como te lo mereces.

Busco entre tantos sentimientos los apropiados para que entiendas lo que mi ser quiere decirte hoy.

Titubean las letras, se obnubila la vista por una lágrima que quiere salir.

Comenzaré con un “Lo siento”. Seguiré con un “no te lo mereces”, entablaré la relación más profunda con la esencia de mi ser para que mi pesar llegue a tus oídos.

Lamento no ser lo mejor para vos, lamento no poder darte todo lo que te ofrecí, lamento no ser cómo quisieras y hacer estallar tu mal genio tantas veces.

Son sólo situaciones normales en una pareja del siglo XXI, pero creo que me cansé de ver las cosas de esa manera tan superficial.

Creo que realmente no soy la mujer que debe estar a tu lado, y porque te elegí aquel día que me juraste amor eterno como dos niños sin penas, hoy mi amor, te digo adiós. Tras una nota y por cobardía.

Dulce despedida de un amor que me dio todo, que fue perfecto hasta que tanta perfección comenzó a asustarme. No quiero que dejes de sonreír por mi culpa, no quiero ser la culpable de tus lágrimas, ya no.

No estamos bien, no somos esos adolescentes enamorados, no más, dejemos de fingir.

Dejemos de sentir cosas por la costumbre misma.

Es que hay veces que debemos terminar historias, cerrar ciclos.

Es parte de la vida, y vos fuiste y serás parte de mi vida, por siempre. Simplemente por que fuiste lo mejor que me pasó.

Hoy mi amor, te digo adiós. Tras una nota y por cobardía.


Otero María Belén

todos los derechos reservados

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ya no creo en el amor














Ya no creo en el amor.
Los diferentes golpes que me fue dando la vida cambiaron mi punto de vista sobre esa peculiar palabra.
Amar, es simplemen
te un verbo en infinitivo y de eso se trata ¿no? Una acción, un hacer, pero ¿es infinito?
Amar, cuatro letras que lo hacen parecer verdad. Generan importancia a quien es digno de poseerlo.
E l amor, está en la necesidad de no sentirse solo. Está en la locura de no poder convivir con uno mismo, y por este motivo las personas se unen.
Se mezclan, se conocen, comparten sueños que luego son martirios, todo termina siendo lo que no esperabas. Nunca supiste bien qué esperabas, ni que forma debiera tener para que sea perfecto. Pero de eso se trata el amor, no tiene forma. Nos engatusa con una tierna mirada, con unas piernas esbeltas, y nos hace perder la cabeza.
Los que lloran por amor, algún día secan sus lágrimas y se olvidan. Vuelven a encontrar otra persona por la que llorarán después.
Él de traje y ella con vestido blanco, tantos proyectos juntos. Tantos hijos pensados. Falsa felicidad que se arruina un domingo cuando él es descubierto con la vecina del quinto piso, esa que les regalo una plantita a los recién casados.
Ya no creo en el amor, y no es porque no lo haya sentido alguna vez sino que hay mas desamores en la tierra que peces en el mar.
No toleramos nuestros defectos, almas solitarias y egoístas.
Así es el hombre en su totalidad, sin importar la raza, el sexo o la religión. Nos sentimos queridos un tiempo, después dejamos o nos dejan, marchamos o se marchan, para volver a repetir el ciclo con otra persona, a decirle las mismas cosas, a sentir otra vez sin darnos cuenta esa absurda sensación, llamada AMOR.



Otero María Belén

Copyright 2008
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