Pasamos tardes de sol, de lluvia, de risas y lágrimas. Pasamos veranos de calor e inviernos fríos. Pasamos otoños, primaveras y bellos amaneceres ¿Dónde quedo todo aquello hoy? ¿Dónde lo guardo? ¿Dónde lo olvido?´¿ Como lo entierro? Cómo los escondo si vuelven a mí en cada canción, en cada olor, en cada paso. Estás en cada frase, en cada árbol, en cada flor. En cada perfume, en cada propaganda de tv. Todas las cosas que vivimos juntos aparecen como destellos de luz para golpear a mi alma y destrozarme en pedazos por dentro. Y me siento morir. Pensaste que sería tan fácil olvidarte pero ya ves, acá me tenés otra vez llena de dudas y reproches. Mi habitación tan llena de recuerdos, tan llena de vos. La noche gris retumba en mi cabeza. Aquella en que decidido dijiste cosas que no sentías realmente y le pusiste fin a esta linda historia. Con toda tu soberbia y vanidad, el alma intacta, tan frio y distante, decidiste terminarlo todo. Se te olvidó una cosa, pensar en mí. Pensar en el ahora, pensar en el mañana. Cuando te despiertes y ya no tengas mis mensajes en tu contestador, cuando tus labios extrañen mis besos. No voy a estar ahí. No voy a abrazarte cuando tengas frío. No voy a amarte más. Olvídate de todo, de este tiempo, de esta historia, de mí. Pero pensá que vas a hacer cuando te sientas solo y quieras regresar. Si tu plan era dejarme sola, no lo lograste, comparto mis sentimientos con la soledad, con mi soledad y con todos aquellos recuerdos. Aquellos recuerdos que son solo tuyos y míos. No los comparto, no los olvido. Aunque no quiera, siempre vivirás en mí. Y aunque decidiste alejarte lo sabes, siempre me llevarás contigo.
María Belén Otero
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